El miedo a la muerte y a la ruina

 Estos son los dos miedos principales que está generando esta gran crisis mundial tras la pandemia del coronavirus: El miedo a la muerte y a la ruina.

Cuando más se desconoce la muerte más se hunde la economía y se paraliza. Ahora el miedo existente es brutal, pero la esperanza de los cambios también está sembrada. En función del tamaño de la esperanza la economía se descalabra más o menos por el miedo a lo desconocido y lo que va a pasar después. En realidad no está hundida ya que son sólo números y únicamente se trata de comenzar un nuevo ciclo,  tras encontrar los modos y a aquellas personas que ya están plantadas. Es cierto que el sol está tapado, al igual que un eclipse y no podemos empujar ni acelerar más que los procesos propios de la vida en la Tierra.

La economía irá levantándose según las expectativas con la muerte y ésta deje de magnificarse y desvirtuarse. Cuando la nube oscura del miedo se haya disipado florecerá la economía y la energía será otra. Comprobaremos que saldrá poco a poco la luz y que el sol sigue ahí y no se ha ido, que aún sigue calentando debajo de la nube negra. Será tu propia decisión optar por seguir calentándote debajo de esa nube oscura o calentarte directamente del sol, eso depende de ti.

La economía es un huerto para la alimentación,  pero si no sabes lo que tienes plantado y te sientas a observarlo, no sabrás lo que contiene. Quizás necesites sentarte en una esquina de ese huerto y aceptar esos frutos distintos a los que esperabas y cambiar la mirada de expectativas oscuras para asumir que esto es lo que tengo.

¿Me conformo o no? Si sanamente me adapto todo irá bien pero si no, la nube negra no se irá  porque no acepto la vida como viene y que ahora otro ciclo comienza. Sin esperar que otro te lo diga comienza por ti mismo.  Entiende que el nuevo ciclo se inicia con una nueva actitud ante la vida y que esa es la mejor manera.

El planeta se muere.  Ya se ha sacrificado con muchas catástrofes y ha experimentado en sus carnes los desastres continuos, pero no la hemos escuchado suficiente. Desde el otro plano han tenido que sacudirnos con más fuerza para que despertemos. Sienten mucho dolor porque esto sea así de esta manera. Sin embargo es la única forma que han encontrado para que la vida pueda evolucionar.

Esto tiene que ser así y puede ir a más. Oremos por los bendecidos que mediante su muerte están dando una oportunidad a los que aquí quedan.  Así podremos tomar conciencia e ir más allá de nuestro propio mundo o disfraz. Pueden quedar en una simple estadística, un número de fallecidos o por el contrario, en un grupo de almas bendecidas que nos han dado su luz a los que aquí permanecemos. Ellos acompañaran el camino de los que  continúan aquí en la Tierra.

Hemos puesto en pausa la vida en el planeta con el fin de dar una posibilidad de cambiar el final de la historia. Estamos dando una nueva oportunidad, no es un castigo y nos duele ver tanto sufrimiento en vano. Sin embargo, tenemos la esperanza de que cada vez sean más personas los que recojan este dolor en forma de aprendizaje y lo lleven hacia la luz con el fin de auto-regalarse un nuevo comienzo.

Sabemos que cuesta mucho asimilar lo que está ocurriendo y que lo vean como un regalo que ofrecemos y no como un castigo en sí. Si en esta nueva oportunidad no hemos aprendido nada como humanidad y seguimos igual, esto habrá sido en vano y estas muertes no habrán servido para nada.

Necesitamos que puedan elevar el dolor para que se transforme en aprendizaje, no dejemos que quede atrapado en los cuerpos. Se requiere que sea vivido y transformado para que esta sacudida tenga una finalidad positiva y una utilidad. Entendemos que será un proceso largo y duro y llevará tiempo digerirlo. Pero puede que cada vez sean más los que se sumen a este camino para liberar a la Tierra que ya está agotada.

Pedimos que las personas vuelvan a darle otro sentido a sus vidas desde una conciencia un poco más profunda y cada uno en su nivel. El tema de la economía es una de las mayores lacras y pesos que nos apartan de nuestro camino de crecimiento interno. El propósito y las metas que nos marcamos en sociedad van dirigidas hacia el éxito económico, de ahí que las preguntas que ahora urgen son ¿Qué sentido tiene el dinero en mi vida? ¿Me dirige hacia mi  destino y metas más profundas? ¿Es realmente mi objetivo el dinero o es una ayuda para llegar a los propósitos del alma?

Los dos mayores miedos ahora son: el miedo a morir o el miedo a la ruina  y que esto afecte a mi economía. Aquellos que solamente están conectados con estos miedos no están entendiendo nada lo que está sucediendo. Sólo siguen mirando para sí mismos y su propio ombligo. Necesitamos que nos ayuden a levantar las cabezas y lo vean a un nivel más amplio y global como humanidad, en un proceso más allá de lo meramente individual.

Esto no ha hecho más que empezar. Nos queda un sendero largo, duro y difícil de recorrer, que podrá sobrellevarlo, no aquel que tenga más dinero, que tenga más salud o fortaleza física o que crea que tiene todos los recursos para sobrevivir. Lo podrá aguantar y tolerar sólo aquel que pueda conectar con la humanidad desde su centro y comience a cultivar su propia fortaleza interna. Entonces  aportará una luz en el camino que el dinero no podrá comprar. Esta luz será imprescindible para alumbrar las noches oscuras y los días grises que nos esperan.

La vida en la Tierra es un juego serio que va llegando a su fase final y en el que quedarán los que puedan alumbrar su propio camino. Esas luces no se compran. El dinero está para facilitar el recorrido hacia   nuestra meta no para que sea el objetivo de nuestro camino. Estos son los dos temas que más están agitando ahora a la humanidad: el dinero y la muerte.

 Algunos viven el deterioro de su economía y la carencia como un proceso de muerte. De alguna manera esto debe ser así porque este sistema debe morir, tal y como lo conocemos, para dar lugar a lo que necesitamos que sea, como un facilitador del camino y una ayuda más. Hemos heredado un sistema con un aprendizaje detrás, pero no para nuestro ego sino para lo que el alma requiere conocer. ¿Cómo me defiendo y con qué fin utilizo mi dinero? ¿Qué me aporta? ¿De qué me aleja y a qué me acerca? ¿Qué finalidad le doy?

Es importante que se trabaje todo esto en los grupos de terapia, en los vídeos y  los libros porque nos estamos alejando de nuestra verdadera ruta. Es un gran peso que la Tierra está sosteniendo y una energía muy densa que no permite avanzar. Es cierto que vamos a paso de tortuga, pero el sentido de todo esto es dar un paso aunque sea pequeñito. Aunque te pueda parecer poca cosa, granito a granito evoluciona y se expande la vida.

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